Por: John Bermúdez | Fotos: Walfri Rodas
Con un contundente 2-1, el Sporting Kansas City, venció al New York Red Bulls en la final de la US Open Cup 2017, jugada en el Children’s Mercy Park en Kansas City.
SKC, ha ganado la US Open Cup en 2004, 2012, 2015 y repitió en esta temporada 2017; mientras que el conjunto taurino, todavía no ha podido alzar ningún trofeo hasta la presente.
Una final más, que el equipo neoyorquino deja escapar, y un título más, que se esfuma como ha sucedido con todos los anteriores en más de sus 22 años de historia.
Y, es que al equipo taurino se le ha olvidado ganar cosas importantes, solo gana partidos y duelos sin importancia. Le cuesta invertir en una plantilla con jugadores de experiencia, de jerarquía y actitud. A los rojos, no les alcanza para títulos; solo saben llegar a una final, y se les olvida el libreto, y todo el trabajo táctico trabajado en todo el año para ganar un título grande.
A Jesse Marsch, le critico lo mal planteado que asumió el partido frente a un equipo como Sporting Kansas City, que es un experto en finales. Es el único equipo con cuatro grandes trofeos desde 2012 (el equipo ya ha ganado la MLS Cup de 2013, y las 3 ediciones de la US Open Cup, mencionadas con anterioridad. Además del Sporting Kansas City, solo el Seattle Sounders, ha ganado tres títulos de este tipo en las últimas seis temporadas.
Por ese historial que traían los jugadores de Kansas, se debió haber tomado una decisión correcta y no haber arriesgado este título como se hizo en la noche del miércoles anterior. Lo primero fue en dejarle toda la responsabilidad del arco a Meara, un arquero con pocos partidos, y sin la experiencia y seguridad que posee Robles.
Y, su segundo y fatídico error táctico, fue ingresar a Sal Zizzo, por el jamaiquino Kemar Lawrence. Se ha sabido de la incapacidad futbolística que posee Zizzo; es limitado en la marca, erróneo en las entregas y pésimo ejerciendo presión. Se queda pegado en los fuera de lugares, y no tiene salida con el balón al piso. Es lento y sin proyección al ataque.
En conclusión, la culpabilidad en los dos goles del Sporting Kansas City es de la zona defensiva de los toros-rojos. Primero que todo, en la primera anotación de Latif Blessing, le gano el salto al espigado jugador panameño Murillo, pese a la corta estatura del delantero rival, este solo se limitó esperar el balón y cabecear fuerte para que el balón se fuera a anidar el fondo de la red.
Además, tampoco se ejerció presión alguna, ante el pase que llego desde la derecha efectuado por Zusi, que llego sin marca y con la tranquilidad de enviar el balón al centro del área. Un uno a cero, que parecía sobre el papel, fácil de empatar y de hacer un papel decente y cambiar el rumbo del marcador. Pero las cosas no se dieron en la primera parte.
Para la segunda mitad, se esperaba que el equipo de visita arrasara con todo, pero entro con nerviosismo, un poco tímido y asediado por el calor. Condiciones que aprovecho el conjunto de casa para mantenerlo ocupado y que pasara el tiempo.
Así llego la segunda anotación, ante un descuido bárbaro e inexplicable de la zona defensiva, que habilitaron a Daniel Salloi, al minuto 66, y ante la pésima salida de Meara, solo se limitó a rozarla y dejar que el balón se fuera lentamente a dormir en las redes rojas. Nada que hacer hasta ese momento, porque ni la dupla “Felipe-Kljestan”, venían haciendo un trabajo decente.
Luego vino la reacción del elenco rojo al minuto 91, y fue Bradley Wright Phillips, quien remata un balón que había soltado el arquero Mella, y la manda al fondo de la red para concretar el descuento. Antes de finalizar el partido, el árbitro Hilario Grajeda, sanciona un tiro libre a favor de los New York Red Bulls, cerca del área grande, y es Felipe, quien lo ejecuta, pero el balón pasa rozando el travesaño, y con esta jugada se terminó no solo el partido para el equipo taurino, sino también el sueño de ser campeones por primera vez, de una US Open Cup.
Para los New York Red Bulls, solo les queda seguir trabajando y clasificar a los playoffs del 2017, para recuperar el aliento de una afición que una vez más, ve el sueño de un título, desvanecerse en el aire.
A continuación, como un homenaje a esos sufridos fanáticos de los Red Bulls que hicieron el viaje a Kansas con sus propios recursos esperanzados en dar alguna vez una vuelta olímpica con un verdadero trofeo entre sus manos les presentamos la galería de fotos de la tribuna roja en el estadio Children’s Mercy.
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